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Burt Shavitz

Burt Shavitz

1935 – 2015

 

El hombre de las abejas

Burt vivió una vida plena, así fue como quiso vivirla, y sus 80 años en este mundo fueron una bendición especial para todos nosotros. Lo recordamos como el hombre de Maine de la barba desordenada y de espíritu libre, el apicultor, el bromista, el amante de los Golden Retrievers, el reverente observador de la naturaleza, y el rostro gentil que nos sonríe en la cubierta de nuestro Hand Salve.

Sobre todas las cosas, Burt siempre fue Burt. Un individuo intransigente, moldeado por el ahora y por sus curiosidades más que por sus ambiciones o el plan de alguien más. Burt nunca se embarcó a cambiar el mundo, pero fue un pionero que se encontró siempre en el precipicio del progreso.

Amor por el campo

“La naturaleza no espera por ti para que así puedas ver lo que ella está haciendo. Hay una estacionalidad para todo. Vivir en el campo y tener la oportunidad de ver las estaciones, para mí, es una de las alegrías de la vida.” Un sentimiento hermoso, expresado por un hombre que no tenía un reloj despertador, sino que prefería levantarse con el sol de la mañana brillando por la ventana.

Amor por las abejas

Mucho antes de que existiera Burt’s Bees, solo estaba Burt y sus abejas, y la miel que vendía en la parte trasera de su camión. Hasta el final de sus días, prefirió manipular las colmenas con sus manos descubiertas, conectándose directamente con los pequeños, simples y trabajadores insectos que ayudarían a construir un legado extraordinario.

 

 

Amor por los perros y las motocicletas

Burt tenía una debilidad por los animales, pero ninguno se comparaba a sus amados Golden Retrievers. Nunca estaba lejos de sus despreocupados perros, quienes iban a todo lado con él. ¿El único lugar donde no cabían? La parte trasera de su motocicleta clásica, una BMW r60 1960.